El sexo y lo sexy son hoy ingrediente de casi todo, pero sigue siendo un asunto del que apenas se habla (en clase) en colegios e institutos. ¿Por qué no se aborda la relación entre los sexos? ¿Necesitan los jóvenes nuevos modelos afectivos? ¿Tienen los padres que actualizar su papel?Sex Education, la serie de Netflix que ha disparado la conversación global sobre el estado de la cuestión sexual en los institutos, nos permite una entrada edulcorada a una situación preocupante. En esta serie inglesa vemos cómo los estudiantes tienen que enfrentarse prácticamente solos a problemas que desbordan los recursos a su alcance: vaginitis, imposibilidad para eyacular, rechazo al sexo oral... “¿A ti qué es lo que te gusta?”, le pregunta un chico en la cama a su pareja. “No lo sé, nunca me lo han preguntado. Siempre finjo”, responde ella sorprendida. Hablamos de dilemas que trascienden la cuestión anticonceptiva, contenido único de la educación sexual más generalizada, para entrar en las complejidades emocionales y relacionales del deseo, difíciles de solventar hasta para los adultos. En la serie, los consejos de un aprendiz de sexólogo, él mismo bloqueado para el autoplacer, logran rescatar a sus compañeros del atolladero sexual. Moraleja: a veces basta con encender una cerilla para encontrar el camino.
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